miércoles, 6 de octubre de 2010

Ella recuerda haber arribado a esa playa


huyendo de los ruidos de la ciudad y que, en el primer día allí, el estruendo del mar le pareció una variación insospechada de la felicidad. Ella fue hasta el borde del mar y cayó de rodillas con las manos en los oídos y una sonrisa que apenas sabía nadar pero que se las arreglaba para mantenerse a flote. Ahora el ritmo de su respiración está sincronizado con el vals de las olas y al repasar sus sueños se descubre feliz y segura. Ella va a estar bien. Va a aferrarse a las crines del verano y va a quedarse en la playa hasta que el horizonte le advierta que todo vuelve a empezar. Todo igual pero diferente porque, como la sal, ella será orgullosa e inamovible parte del paisaje, de esa playa donde yo siempre la espero.

lunes, 30 de agosto de 2010

Esa tarde


ella vuelve a soñar y su sueño -o la recuperación del sueño- le parece la mejor de las señales posibles. Ella duerme para estar despierta a la noche, para que la recta del camino y sus latidos no la obliguen a cerrar los ojos. Entonces sueña, vuelve a soñar. En el sueño ella es otra y es la misma. No importa. Lo importante es que sí, ella es feliz. En su sueño ella conversa con alguien en una casa apartada de toda ciudad, una casa en la playa. No alcanza a ver su rostro pero lo intuye conocido. Ellos conversan y en un momento perfecto ella se oye a si misma decir: "...pero todo esto que te estoy contando paso hace mucho tiempo, cuando yo era otra, cuando estaba triste".

martes, 24 de agosto de 2010

Ella volvía ahora

al corazón del universo, al inevitable interior de todas las cosas. Ella no podía ser otra cosa que una profecía. Miró hacia las nubes bordadas con rayos de sol y dio un paso y dio otro paso y dio todos los pasos necesarios para llegar y recibir y cobrar -despues de tanto tiempo- la deuda y el milagro de ser una con su tierra prometida.


domingo, 22 de agosto de 2010

Sabias que hacer,

ya lo vi en tus ojos, ya lo vi, ya te vi. Hipersensible y sublimada espiritualmente, un pequeño destello en el fondo de tus ojos esperando un elogio. A algunos les cuesta, otros no hablan de eso. No veo ninguna razón en el mundo por la cual tengo que contarlo, ésto hace bastante lamentable la relación social. Te manifestás hasta la última corrupción, no buscás el elogio porque éste te llega en forma trasnochada. No sos honesta ni valiente y te gustan los excesos ...pero la pasaba fenómeno con vos, lo cual no me sucede habitualmente. Sos mejor de lo que sos, mientras la mayoría no resulta ni ahi mas interesante de lo que parece.
A veces tengo el privilegio de renunciar por coherencia. Todos estos actos son como agujeritos: vos metes el dedo y todo se puede ir agrandando o bien porque todo esta muy mal o bien porque alguien decidió que algunos detalles eran mejor ya no contar.
Vos y yo sabemos lo que no paso, pero si hago todo con suficiente categoria y elegancia en algún momento aunque sepas que no paso, tal vez lo vas a estar viviendo.

jueves, 19 de agosto de 2010

Noche




Sonrío, sonrío y sonrío.

Éste es mi lenguaje eterno del vacío en el cual quedo. Suena el silencio, rasco y aplaudo. Sonrío. Soy el fulgor, esquivo las luces, soy a veces un ser civilizado. Soy una persona civilizada que atenta contra mí y siempre me invento revelaciones, me lluevo, me bebo la huella de vos en mi cuerpo. Me calmo. Te bebo. Éste es mi sueño, el sueño de llegar a cualquiera de tus lugares, a tu territorio sagrado, quien te navega, te contiene. Contra tus orillas quiero descansar, estrellar mi barco fantasma, como tan cerca que siempre te llego, la forma en que llueve cuando estamos juntos. Es así. La pasión deja en suspenso a este mundo. Nos deja en suspenso, listos para atravesarnos, para dejarnos envolver. Siempre puedo encontrar una mirada que quiebra el espacio y que llena la oscuridad. Tu cuerpo. Hay una hoja en la sombra de tu pensamiento. Mi cuerpo vivo es la rama del fruto de tu amor. Vos y tu cuerpo nadan en lo inerte y siempre echas raíces en la fuerte tierra fértil, y prestas estos oídos a tus ojos y buscas siempre en las playas de mi cordura las sutiles flores de tu luz. Jugamos a decir secretos de uno, cosas que no contamos a nadie, profanamos recuerdos, desnudamos antiguas intenciones, burlamos lo sagrado. Lúdicos, lujuriosos, nosotros ya desplazamos al miedo. Cada uno de nosotros ya hizo contacto con lo mejor de la historia del otro. El desconsuelo no halló caminos y hasta dormimos y soñamos. Habrá un día un amor no amado. Un día llegara eso, un amor breve, sin gramática, un amor de palabras solas. Amor sin gramática como sostén, un amor extraviado, allí, solo y dejado enseguida. Será una maravilla ignorar el porvenir porque nunca encontraremos la soledad.

17 de Agosto de 2010.